
Según informó hoy la agencia local Kyodo, al menos 513 japoneses de 36 provincias sufrieron molestias como mareos, diarreas y dolores estomacales tras consumir esas empanadillas fritas llamadas "gyozas", elaboradas por la empresa china Tianyang y que contenían trazos de un pesticida incluido en su producción o empaquetado.
La mayoría de los intoxicados en Japón sufrieron molestias leves, aunque medios nipones señalan que una niña tuvo lesiones graves por consumir esas empanadillas, rellenas de verdura y carne y que se comercializaron congeladas.
El ministro nipón de Exteriores, Masahiko Komura, pidió hoy a las autoridades chinas que investiguen a fondo lo sucedido y tomen medidas preventivas, al tiempo que señaló que el "impacto negativo puede ser minimizado si las dos partes cooperan".
Las autoridades chinas decidieron ayer detener la producción y exportación de esas empanadillas si bien aseguran que los controles de calidad hechos a esos productos, previos a su exportación a Japón, no hallaron rastros de insecticidas dañinos para el consumo humano.
Este caso ha vuelto a poner de actualidad la preocupación sobre los controles de calidad a los productos "made in China" pues se une a otros publicitados problemas que causaron la retirada de diversos productos, desde dentífricos a juguetes, en distintos países.
Las preocupaciones se deben en gran parte a que más del 15 por ciento de la comida congelada que se vende en Japón procede de China, tanto verduras como alimentos procesados, aunque en los casos de algunas empresas suponen hasta el 30 por ciento.
Según la Policía japonesa, en varias bolsas de esas "gyozas" se han detectado restos de un organofosfato denominado metamidofos, componente frecuentemente utilizado en pesticidas fabricados en China pero de raro uso en Japón. Leer Mas.
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